
Parece que la ciencia va un paso por delante, o no, porque para estudiar y poner a prueba temas que nos ocupan, antes alguien tuvo que cuestionárselos, pero… ¿Ese alguien fue el primero que lo pensó?
Por algún motivo no nos basta con sentirlo sino que queremos que algo nos diga que tenemos razón.
…Si se lograra descifrar la información que guarda celosamente la partícula más diminuta, se lograría poner de manifiesto el secreto de la existencia; desvelando el sentido profundo de la vida, la VERDAD. Esta es la respuesta que me llega, aunque no tengo una pregunta clara sobre este tema ;).…Y quizá este misterio quiere ser resuelto o no… Aunque supongo que por eso las personas tenemos curiosidad, porque al menos, no le importa ser revelado.
Al final de este escrito comparto un vídeo del programa "Redes" de Eduard Punset; en el que se muestra cómo tomamos decisiones de forma inconsciente. Lo que no quiere decir que no sean tomadas de forma racional, al menos así se expone. Es decir, que aunque no nos demos cuenta de cómo llegamos a decidir ni exactamente el porqué, nuestros cuerpos y cerebros; pensamiento, emociones, e información genética, planean la resolución de nuestros pasos en y ante las situaciones de nuestra vida. Inconsciencia y consciencia mano a mano.
De alguna forma sé que falta un factor más para completar este tema, puede ser que pienses que soy una mística, pero no te voy a decir nada que nuevo, y no digo que lo concluya totalmente, pero sí es un punto que falta para poder llegar a ser resuelto (al menos tener un estudio que lo corrobore); una pieza clave, un punto de conexión con lo invisible. Que por otro lado de nuevo lo único que puede aportarnos es entendimiento racional sobre nuestros comportamientos en este caso. Y ojo!! repito, no digo que sea poco.
¿Qué papel juega lo etéreo en todo esto? Ahora la física cuántica aporta puntos de luz también en este tema encontrando la conexión con este eslabón “perdido” que sólo la religión contemplaba y que no aclaraba mucho, puesto que la intervención del pensamiento y la manipulación del hombre había tergiversado la pureza del mensaje.
Ya se sabe que existen conocimientos que están impresos en cada una de nuestras células, que son transpersonales. Informaciones que van allá de nuestras memorias vividas por nosotros mismos y que también incluso genéticamente nos influyen directamente.
Yo no tengo conocimientos científicos, pero algo me dice que todo está conectado de forma perfecta y exacta y siento la grandeza en mi interior. Puedo sentirme también muy pequeña ante la grandeza, diminuta, cómo un microbio que pulula por el espacio sin saber porqué ni hacía dónde y que en algún momento, pof!! Desaparecerá del plano físico. Pero también puedo sentir la grandeza que soy y de la que formo parte y que aunque no tenga claro para ni porqué, tiene un sentido.
Un tema que me sorprende y me fascina y me persigue a lo largo de mi vida es, entre otros muchos: las casualidades. O como algunos denominan causalidades. Me ocurre con frecuencia que cuando abarco un tema de conversación con alguien o incluso pienso algo, o me lo cuestiono, de pronto me llega una información que guarda una respuesta o simplemente que está relacionada directamente con dicho tema; ya sea un vídeo, un documento, una frase o una señal, lo que sea. Y que ya solo por número de probabilidad me impulsa a cuestionar si es o no una casualidad, porque se repite mucho y muy a menudo en mi día a día. Quizá solo sea porque mi atención ahora está activa y busca una respuesta. Pero algo me dice que no; que de alguna forma una consciencia colectiva es la que antes me envió señales y me impulsó a abarcar justo ese tema.
Ahora, y no sé desde cuándo, se dice mucho eso de… Todo lo que piensas ya está creado en otra realidad, o lo que piensas alguien lo ha pensado antes. Me imagino que somos como radios sintonizando la misma emisora, aunque no nos demos cuenta de esto.
Hace tiempo quiero escribir sobre la felicidad, pero cómo compartí el otro día, por temas de fluidez aún no he conseguido hacerlo. Mientras escribo esto, me doy cuenta que todo habla de todo, cómo siempre… Porque si no he logrado aun abordar este tema es porque todo lo expuesto anteriormente es lo que confabula para que así sea. Y me lleva al siguiente tema; fluir.
Ya he escrito sobre el flujo, fluir... De hecho en el post anterior en el que escribo sobre el desapego, también me lleva a este mismo punto, pero algo me dice que falta que me observe en relación al fluir.
¡¡¡De nuevo una casualidad llama mi atención!!!. Acaba de llegarme un vídeo en el que se expresa que la felicidad se alcanza aprendiendo a fluir.
Dado que mi compartir no busca saturar, ni al lector ni a mí, sino precisamente que todo vaya fluido, escribiré sobre este tema en mi siguiente post. …Y mientras me sigo observando.
(Rocío Martín Villegas)
Pincha sobre este enlace si quieres ver el video: ¿Sabemos que no sabemos lo que decidimos?
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