En busca de la felicidad... ¿fluyendo?

Hoy: fluir y la felicidad… Antes de adentrarme quiero compartir algo, una experiencia vivida por mí, que sólo observándola, a pesar de mis juicios, me ha aportado poder sentir… me, y ahí queda resumido lo que significa fluir. 
Ayer sentí una tristeza muy profunda, mucho, tanto que era difícil seguir... Me desgarraba por dentro y era un dolor tan insoportable que si con un cuchillo hubiera podido extirparlo lo hubiera hecho... Y me dejó el mensaje más simple y sencillo que jamás nunca escuché… 
Sólo necesitaba que le permitiera manifestarse. 
En otro momento quizá lo que hubiera hecho sería buscarme alguna distracción, algo que me sacara de ahí, de mi tristeza. Pero es que nunca he estado, ni estaré dentro de esta. Sino que es la tristeza la que pasa a través de mí; viene de visita como cualquier otra emoción. Sólo es eso. 
(A veces no me es fácil encontrar las palabras con las que pueda expresar todo lo que quiero decir)…
Algunas veces juzgo a otros porque se quejan, por ejemplo, o juzgo que juzgan  que otros dicen... y bla bla, y no es la queja el problema, ni si quiera mi juicio, el problema es no ver más allá.  De hecho cuando juzgo, estoy quejándome yo también. Y a la vez está bien.
Esta mañana he decidido seguir investigando sobre fluir, y qué relación guarda fluir con la felicidad. 
He visto documentales. El 1º de los que he visto ha sido un programa de “Redes” de Eduard Punset “Aprender a fluir”: En el que los científicos e investigadores de la felicidad, describen lo que creen que significa felicidad y qué nos la proporciona. Conservan la creencia de que la felicidad es posible cuando nuestra vida tiene sentido, apoyado la mirada hacia afuera: hacer y tener. Hacer lo que nos gusta de forma apasionada; trabajo, y dinero y tener relaciones sociales; pareja y amigos. Contaban que la felicidad se basa en controlar nuestra situación, en hacer cosas que nos agraden; un trabajo satisfactorio, buenas relaciones, sexo, etc… 
Pero… ¿Y cuándo esto falla? ¿Y cuando pierdes el trabajo, si es que has podido tenerlo alguna vez, y te quedas sin un duro, sin la pareja, y estás solo? ¿Qué? 
Yo hasta hace unos tres años, tenía una vida “idílica”. Sí, una vida envidiable, si la miramos desde este punto de vista. Tenía una pareja maravillosa, un piso precioso y acogedor y un trabajo, que además de permitirme vivir a todo lujo, en él me sentía reconocida. También me relacionaba socialmente. ¡¡Vaya que lo tenía todo!!. Además, joven, con salud… ¡mi mundo ideal!. Y yo, no sentía miedo de perderlo, además también vivía confiada. ¿Perfecto eh? 
Pero de repente todo dio un giro, y… todo aquello se esfumó, llevándose mi felicidad lejos, lejisisisiiiimooooos, así lo creía. Y visto así es así. 
En fin, ya no tenía piso, mi relación se fue al garete por mi mala cabeza, dejé el trabajo, perdí el control de mi vida.  (Y además sentí la culpa, tema del que escribiré en otro momento... ¡¡madre mía!!)
¡¡¿Y ahora qué?!! Pues… fue a peor... Mantuve una relación, por la que aún estoy tocada, que me partió el corazón. Tuve problemas de salud, perdí un bebé. Y también se acabó esta relación. No voy a adentrarme en detalles, pero solo te aseguro que viví momentos espeluznantes en esta etapa. He sentido un miedo de temblar de arriba a abajo. Dependencia. Culpa... etc... Y cuándo me aborda este pensamiento, aún es chunguísimo. Ah! lo último que me queda añadir, como ya comenté sin meterme en detalles, esta persona para mí me rechazaba, sentí también el rechazo!!!! ... ¡¡Horrible!!
En esta cultura… Bueno voy a dejar de hablar genéricamente, voy a hablar de mí. Yo, he basado muchas veces la felicidad en el control de mi situación. Miraba hacia afuera para encontrarla, buscando lo que me aporta alegría, seguridad, emociones “positivas” creyendo que esto es ser feliz (y además de forma inconsciente, no me daba cuenta que hacía eso): hacer cosas que me gusten, relaciones “sanas”, adquirir cosas que me hagan sentir cómoda, etc… 
La mayor confusión es creer que la felicidad es una emoción, o un estado como resultado de mantener largo tiempo una emoción de alegría, nada que ver con esto. 
Ayer leí: “La vida no es tan cruel como para permitir que se satisfagan todos tus sueños” (Libro El Latido de lo Absoluto de Mooji)”. 
Ahora me he dado cuenta que esta forma de búsqueda de la felicidad, buscando satisfacción en las emociones “positivas” y en todo lo que nos las proporciona es insostenible. Porque la vida no se puede controlar, y mucho menos contener. Sólo se puede vivir, experimentar y empaparse de y en cada experiencia. Cada experiencia es nueva, cada instante es un regalo, lo juzgue cómo algo malo o algo bueno, esto solo es una interpretación. Y hasta la tristeza es un regalo único. 
Juzgamos que la tristeza es algo que nos hace sufrir, pero no es la tristeza sino el pensamiento el que nos lleva al sufrimiento. De ahí que exista el malentendido de que la felicidad es "buena" y que los pensamientos "buenos" son las que nos la traen a nuestras vidas ¡¡craso error!! Supongo que por eso muchas personas defienden el pensamiento positivo. Pero... ¿Y si ni siquiera el sufrimiento es malo? 
Y entonces… click!!! ¡¡Me siento fatal, pues lo vivo!! Y al vivirlo intensamente, sin represión voy más allá de lo que pienso. De repente ya no soy lo que estoy pensando. La identificación no se aprende, solo viviendo cada momento te das cuenta que no eres nada de lo que crees. (Si no hubiera "sido" impulsiva y me hubiera comportado cómo una cabeza loca, seguiría creyendo que "soy" una mujer de principios). 
Y ahí despiertas de un sueño y te encuentras con el ruido, pero ya no eres el ruido. Ahí te encuentras con el sufrimiento, pero ya no eres el sufrimiento. Ahí me encuentro con el pensamiento, pero ya no soy lo que pienso. Y justo ahí me encuentro conmigo, con lo que puedo juzgar bueno o malo, con todo mi ser, solo estando presente. Y resulta que no pasa nada más que ¡¡ostras!! estoy viviendo. 
También he visto un documental sobre el suicidio llamado “El suicidio se puede evitar” del programa de Redes de Eduard Punset. Cuentan que los principales motivos de suicidio son: Ruptura de pareja, problemas en el entorno familiar y después problemas económicos, trabajo etc… Y por supuesto resaltaban que el aislamiento, la soledad era un factor de riesgo. Algo que me llama la atención es que estamos viendo las cosas como un problema, y no como un problema que se pueda resolver, sino cómo algo sin solución, hasta tal punto que asumimos que "somos" el problema. Y de lo que me doy cuenta también que todo lo que nos hace sufrir son situaciones externas que nos afectan interiormente, insatisfacción por perdida o falta de… Seguimos mirando fuera. Y quizá esto no es posible cambiarlo, solo se puede aceptar.
Ha sido determinante para mí poder ver, por llamarlo de alguna forma, las dos caras de la moneda: felicidad si tienes y haces… bla bla… Suicidio, si pierdes o no tienes, y estás inactivo… 
Thomas Joiner que aparece en este programa, catedrático en psicología, dice que el suicidio se puede evitar. Pone el siguiente ejemplo, si existe una zona en la que se suceden numerosos suicidios, por ejemplo un puente, se evita el suicido levantando un muro que impida que la gente se tire. Dice que cuando alguien tiene intención de suicidarse y no lo logra produce el efecto péndulo, que la persona pasa de un extremo a otro, y ya no lo vuelve a hacer. Sin embargo por otro lado en el mismo documental también mantienen que las personas que lo han intentado alguna vez en su vida, suelen reincidir. ¿Esto a mi me dice? ¿Qué te dice esto? 
Yo he experimentado por mi cuenta que las creencias no son sostenibles por mucho tiempo, porque toda creencia es temporal. Así que lo del pensamiento positivo lo siento, pero es caca. ¿Por cuánto tiempo serás capaz de mantenerte en ese estado positivo? ¿El tiempo en que todo pegue un giro repentino? y ahí… ¿qué pensarás?... 
De hecho si basamos todo, relaciones personales incluidas según lo que pensamos seguirá existiendo división de opiniones, separación, blanco, negro, lucha. Yo no te hablo porque tú piensas blanco y yo negro; muerte a los fachas o a los comunistas. Bla bla bla bla bla. No es una forma de vida que respete la vida, que nos respete.  Esto no es vivir. Y con tanto ruido es imposible que me escuche. ¿Y el amor dónde está? 
Por supuesto cada uno vivimos en la forma en la que es perfecta para nosotros, y nadie más que uno mismo puede llegar a darse cuenta, nadie puede inculcar a nadie nada… 
Muchos hablamos del amor pero no tenemos puta idea de lo que es, y menos lo que es vivir en el amor. De hecho yo llevo mucho tiempo metida de lleno en lugares y entornos en los que hay personas que promueven el amor y sin embargo… (y esto puede sonar "fatal”) hay mucha hipocresía, mucha. Estar en el amor incondicional no es hablar de él. No es tampoco sonreír todo el tiempo. No es más amoroso alguien porque no se tiña las canas y lleve una camiseta hippie. No es amoroso alguien por leer mucho sobre el amor. El amor no es una creencia. 
Voy a compartir una experiencia: yo conocí a alguien con quién mantuve una relación, que promovía el amor incondicional, que lleva añísisisisisimos metido en temas de espiritualidad, que sonríe muy a menudo y bla bla. Pues esta persona me dijo que si yo sufría algún tipo de enfermedad que me afectara físicamente y me pusiera "fea" o "gorda" no podría seguir manteniendo relación conmigo. ¡¡Increíble pero cierto!!.
El amor está a pesar incluso de lo que pensamos de él, acepta cualquier cosa. 
El amor me acerca también a esta persona, porque me acerca a mí. Da igual si piensa así, más allá está él.
Sé que puedes pensar que juzgando lo que hacen otros resulta que estoy con mirando hacia afuera, y es posible. Aquí tienes un ejemplo claro para experimentar justo todo lo que llevas leído. Si te provoca rechazo, estás mirándome a mí, pero te puedes ver tú, y si te ha hecho sonreír y asientes con la cabeza, también me estás mirando a mí, pero ahí te puedes observar tú. Y justo ahí… permítete sentirlo, eso es estar presente. Nada que cambiar, nada. Lo que piensas está bien, obsérvalo. Esto es lo que podemos llamar "felicidad".
Esta mañana mientras veía el primero de los documentales me di cuenta de mi ruido. Todo lo que decían era refutable para mí, todo. Pensaba… "¡Sí claro, me lo dice un tío que justo tiene de todo, dinero, medios, trabajo bla bla bla!!… Y… "¡¡¡¿Es que no se da cuenta que está confundiendo la felicidad con la emoción de la alegría que no tienen nada que ver?????!!!!… ¿??!!!!!! 
Sí, dentro de mí existía un diálogo interno mientras veía el documental, mucho ruido y a penas era capaz de prestar atención. 
Así que tenía dos opciones; seguir viendo el documental o bien quitarlo, ambas respetables. Pero decidí ir un poco más allá de mi diálogo interno y observarme, estando presente. Y ahí estaba el mensaje real que tenía ese documental para mí, la VERDAD; que todo está bien, lo bueno y lo malo, el ruido y el silencio. Incluso  a pesar de mis pensamientos y emociones. 
Es mi pensamiento el que dictaminaba que hablaban de forma superficial. Y para mí así es, pero su compartir, es lo que necesitan vivir y experimentar, y es perfecto. Y entonces, silencio… 
No es algo nuevo para mí este darme cuenta, y a la vez siempre es nuevo para mí darme cuenta ;). Cada día aprendo algo nuevo. ...Sin moverme de casa, me puede dar una gran lección un tapón del champú, como una mosca. Mi maestro soy yo, eres tú, es una pelusa y el aire que me roza.
Por último vi una charla de Eckart Tolle, que se llama “El florecimiento de la consciencia humana”. Recojo esta frase: “No importan las palabras que vengan, lo que importa es el transfondo de la presencia”. Sobran las explicaciones al respecto… ;). Así que, ya!! 
Ahora aunque suene contradictorio y para acabar, porque me tiraría la tarde escribiendo  ;) siento decirte que la felicidad no existe. De la forma en la que crees, no no existe la felicidad. Solo se puede fluir viviendo el momento presente. Todo es ahora, sorpréndete!!
Esto me lleva al siguiente tema del que también quiero escribir hace días… la coherencia, un tema que me hace mucha gracia jajajaja. Fluir y coherencia es posible??? …Y mientras me sigo observando.

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