Quizá el quizá sea lo probable...

¡¡¡¡Un nuevo día para seguir experimentando y compartiendo; GRACIAS!!!! 
Hoy me he despertado sintiéndome bien, aunque con algún pensamiento sobre mi proceso que, quizá me alerta de algo, puede ser mi intuición o quizá no. Cuestión de observar. El caso es que ayer una amiga que por cierto nombraré, Pilar Martín, que no es mi hermana de sangre, compartió ayer conmigo un escrito de una charla de Yogi Bhajan, que lejos de rebatir nada de lo que expone, sí me llega que es su forma de ver el mundo, y está bien. Cuenta lo que para él significa conmoción y devoción. La única diferencia que hay es mi forma o su forma de interpretarlo, nada más. No hay más diferencia que las formas físicas y las ideas. 
Él compara y separa ambos conceptos devoción y conmoción. 
Dice: “Todo el mundo es emocional, pero nuestra emoción se puede convertir en conmoción. Cuando la emoción se convierte en conmoción, entras en una zona peligrosa debido a que la conmoción puede convertirse en un patrón, y luego empezar a gobernar tu vida. Siempre y cuando te mantengas emocional, estarás bien. Se trata de un proceso de aprendizaje, ya que en un segundo tu intelecto libera miles de pensamientos. De cada mil pensamientos, quizás no pesques ni uno. El intelecto libera una gran cantidad de pensamientos, pero sólo unos pocos pensamientos se convierten en emociones, no todos. Siempre y cuando seas emocional, estarás viviendo, estarás tratando de vivir. E incluso cuando te conviertes en conmoción está bien, pero es sólo una cuestión de seriedad, porque la emoción puede entrar en la mente subconsciente”. 
De alguna forma me alerta de que quizá mis pensamientos y mis emociones se pueden convertir en una forma de vida, como una obsesión, tejiendo patrones. Y ahora, me pregunto; ¿hasta qué punto mi proceso es sólo un proceso o quizá se está arraigando demasiado fuerte a mi vida?. 
Sobre la devoción cuenta: “La emoción puede tener dos opciones. O bien se convierte en devoción, o se convierte en conmoción. Si se convierte en devoción y entra en la mente subconsciente, no hay dolor. No hay tristeza, no hay sacrificio que no sea fácil de hacer. Es una especie de hechizo mental en el que el hombre está totalmente poseído, él es feliz con lo que está haciendo, su mundo es suyo, su juego es suyo, su destino es suyo, y él lo hace. Ese es el fin del mundo. Esa es la parte devocional. Pero, supón que no es la devoción, y es la conmoción la que entre en la mente subconsciente. Entonces hay un problema. Entonces tienes un patrón, un estilo de vida. Y luego el patrón te gobierna”. 
Gracias a compartir con otros y observar, observarles y observarme, sé muy bien de lo que habla. He conocido personas que estas emociones se han convertido en su forma de vida y se han vuelto; necios, inflexibles, solitarios, apartados de todo, aunque sólo sea una forma de vida, todo está unido, pero viven en un micromundo al que nadie puede acceder y aun así creen que tienen razón. Sí, lo conozco muy bien. He compartido tiempo de vida con alguien que vive de esta forma, y está bien, como dice Yogi Bhajan, no hay nada malo en esto. Pero yo elijo, fluir de forma flexible como el agua, que me puedas tocar en lo más hondo, el corazón, que puedas conmoverte junto a mí, y que tu mirada me conmueva. Abrirme a la vida y no encerrarme en mi mente, en mi razón. 
Hace algún tiempo vivo apartada de esto; de tu mirada, de tu calor, de ti, quizá creyendo que esto es acercarme a mí. ¿Cómo puedo acercarme a mí estando alejada de ti si somos uno? ¡¡Imposible!! Solo es una idea, pero no quiero que se convierta en mi sino. 
Quizá haya aun demasiado dolor en mi corazón para podértelo entregar, y está bien, no hay nada de malo en esto. 
Ayer escribí: “un regalo para mí haber sido impulsiva y cometer errores sino aún creería que soy una mujer de principios”. 
Y sí así es, aunque siempre supe que no soy eso, desde niña lo sabía, pero un día lo creí. 
Algo me dice que la única diferencia entre devoción y conmoción sólo es lo que pienso. En realidad ser capaz de observar este pensamiento es lo único que puede liberarme de mi propia cárcel. 
Aun estoy remendando mi corazón con retazos de compasión y calor, para que algún día brinque sin prejuicios y rompa toda la escarcha con su latido que lo recubre. ¿De qué me puedo proteger con mi encierro? ¿De la vida? ¡¡Absurdo!! 
La vida, el todo, todos… Solo existe un único ritmo, un solo latido, así defino la VERDAD, la atemporalidad, pero dentro de sí, guarda otros compases, diferentes melodías; la tuya, la mía, la de la tierra, la del ciervo, la de la rana, la del pájaro, la de cada pieza de este puzle infinito… Muchos compases temporales, muchos colores… Quiero que mi música o mi ruido, no me conviertan en opaca, que no me impidan escuchar el latido único y mágico del infinito TODO. Quiero acariciarte y que me acaricies. Quiero AMAR sin armaduras. 
No existe el dolor más que en mi idea de que me duele… Y está bien. Todo está bien. El cambio o la mejora solo es un pensamiento diferente a otro, pero son lo mismo al fin y al cabo, un pensamiento. No existe cambio posible en la VERDAD, en lo esencial. 
Quiero respirar… respirarme, respirarte… quiero caer rendida, cansada de bailarte, quiero quiero quiero… 
Quizá suene y sea deseo, quizá el deseo crea expectativa, quizá la expectativa desencadene decepción, quizá la decepción me lleve a sentir resentimiento, quizá el resentimiento me produzca tristeza, quizá la tristeza sea la que me lleve de la mano hasta mis miedos más recónditos, quizá mis miedos logren mostrarme mi fragilidad… Y quizá esto sea una rueda interminable, inagotable de sensaciones… Y sólo quizá, aunque solo sea una posibilidad remota, quizá ver cara a cara mi inconsistencia me ofrece la fuerza para caer rendida bailándote, tocándote, respirándote, bailándome, tocándome, respirándome… Y solo quizá me convierta en agua, flexible, cascada de vida que moja tu tierra y la mía. Quizá permitirme sentir, sea escuchar el latido de la vida. Quizá el quizá sea lo único probable.

No hay comentarios: