Experiencia y consciencia ¿hay alguna diferencia?
…No existe más diferencia que la que me dicta el condicionamiento, pero tengo o me tiene una mente que; clasifica, ordena, juzga y que busca respuestas, y también la honro, o por lo menos lo intento. ;) El significado profundo de todo, incluso de lo que se puede juzgar como superficial, simplemente ES. Aunque suene místico, como siempre… es mucho más profundo de lo que a veces puede aparentar.
Una explicación racional podría ser: Experiencia es la que, para mi supervivencia me dice que es lo mejor, por ejemplo:
“Si yo pongo las manos sobre el fuego y me quemo, esto se graba en mi memoria y así aprendo que no debo volver a tocarlo. Ahora ya sé que el fuego quema”. Pero… ¿Siempre me aleja de lo que va en contra de la supervivencia? ¿O a veces me aleja de la verdad? ¿De vivir experiencias? ¿De compartir con otros?
Sí, a veces así es, y ojo no es la experiencia en sí, la que me aleja de nada ni nadie, no eludo mi responsabilidad, sino yo, que elijo rechazar o no, a partir de cómo la juzgo. ¿Buena o mala?
Consciencia es la que observa y ve todo.
La consciencia es como un recipiente infinito que acoge absolutamente todo, no juzga solo ve, incluso ve que ve. Eso es consciencia. Pura, simple y nada más que observación.
Muchas veces, la experiencia me graba en la memoria que algo es malo o bueno, según los sentimientos o sensaciones que me haya producido una vivencia, y eso puede alejarme de personas… de vivir, de mi propia esencia y por supuesto de la tuya, que son la misma...
Sí, el fuego quema, pero también me ofrece su calor cuando tengo frío, y en la oscuridad me ilumina…
Hoy iba a escribir sobre consciencia y conocimientos, experiencia y observación, cómo siempre… Y así lo haré, pero no en la forma en la que, en principio, iba hacerlo…
(Todo habla de todo, todo habla de mí)...
Antes de ayer vi a alguien, un amigo al que hacía algún tiempo no veía y como siempre acabamos discutiendo. No es con la única persona con la que me sucede. De hecho en mi última relación de pareja me pasaba muy a menudo, solíamos discutir y enfadarnos. Ahora ya no hablamos, ni nos vemos, y me duele y mucho, aunque sea solo una forma de interpretarlo… Pero ostras, me duele!!!
Me pregunto: ¿por qué con determinadas personas me manifiesto de una forma y con otras de otra? ¿Por qué con algunas personas salto, ataco y me defiendo y con otras no? ¿Por qué con algunas personas sonrío y estoy alegre y con otras no? ¿Porqué se repiten ciertos patrones de comportamiento automáticos en mí relacionarme con otros? Y un largo etc de preguntas que podría relatar basadas en mis formas de actuar con diferentes personas, en diferentes relaciones, y diferentes momentos de mi vida.
La respuesta es sencilla pero no es fácil de entender: Porque vibro en determinada frecuencia y me manifiesto de forma concreta según dicha frecuencia, en relación, en este caso, a esa persona, y el otro igual. Puede ser que esta respuesta sea la que me llega porque precisamente es la que corresponde a mi frecuencia de vibración, es decir la que necesito, que no tiene porqué corresponder a mis deseos.
Seguramente no vibre con los demás, solo en algo concreto y mucho menos “negativo”, como, en este caso, mi forma de juzgarlo aparentemente me muestra. Sino en mucho más, así también lo recibo. Probablemente en todo. Sin embargo es lo que más resalta, porque cómo siempre lo que no me gusta es lo que fácilmente advierto. Quizá por costumbre forjada a base de memorias grabadas en mis células, que van más allá de esta vida que estoy viviendo. Memorias ancestrales que llevo inscritas en mi y que alcanzan mucho más que mi plano físico, o no (ahora no voy a adentrarme en este tema). Y seguramente porque ahí es dónde debo poner especial atención, o no, pero así lo recibo.
Bajo esta forma de manifestación; “acción=reacción”, este querer tener razón, en el que a veces me zambullo, se esconde nada más y nada menos que mis miedos. Tampoco voy a ahondar y escribir sobre miedos y mecanismos de defensa, supervivencia y lucha y bla bla, quizá en otro momento. Solo voy a escribir sobre las respuestas que me llegan. Una de ellas es, que mi querer tener razón grita que busco AMOR fuera de mí, me busco a mí fuera.
Podría interpretarlo de muchas formas: podría tachar a esta persona de gilipollas, por ejemplo, y apartarla de mi vida, es una opción. Alguna vez lo hice. Sin embargo el reproche y el rechazo, me estaría alejando de la VERDAD, que como siempre está más allá de lo que pienso… Y apoyaría más de lo mismo; seguir mirando afuera para buscarme, y seguir viviendo bajo la creencia de que soy así o asá, basando mi vida en la subjetividad. Defendiéndome de todo lo que contradiga lo que creo. Alimentando la división, creando fronteras y barreras entre tú y yo. Me privaría del AMOR, de verme y de verte. Lo que realmente me acerca a mí y a tí, en esencia, es observarme YO. Porque la razón que acoge absolutamente todo, es mucho más profunda. No como objetivo o fin: la razón de mi razón es; SER, CONSCIENCIA. Esa es la respuesta que me llega.
Cuando comparto con otras personas, se me ofrece la gran oportunidad de darme cuenta en qué punto estoy; pudiendo diferenciar mis creencias de la VERDAD. Y la VERDAD es que más allá de cualquier forma de manifestación, más allá de cualquier juicio, de cualquier creencia, estamos tú y yo, en esencia. Y sólo desde aquí, me encuentro conmigo y contigo. Sí, aquí: AMO, TE AMO, ME AMO. Aquí tú y yo somos lo mismo, uno solo, aunque a ti te guste el verde y a mí no. Esto es una minucia comparado con la VERDAD; no obstante esta minucia no la subestimo, tiene un significado (como escribí antes) como todo, mucho más profundo y “sagrado” de lo que mi mente pueda creer. Y gracias a esta aparente minucia soy capaz de rozar la lucidez por un instante.
Así que doy gracias a todos los que os habéis cruzado en mi camino, estéis ya o no en mi plano de realidad, y a los que aún camináis a mi lado, y a los que pronto encontraré, esta oportunidad que me ofrecéis: para honrar mi SER a través de mis relaciones con vosotros, honrándoos. Voy a honrar la VERDAD a pesar de mis miedos. No voy a mirar hacia otro lado para evitarme el posible sufrimiento, voy a abrazarlo todo.
Siento profundamente si alguna vez te he defraudado; negándote mi abrazo. Sí te he rechazado alguna vez, me he rechazado a mí misma.
Relacionarme contigo desde la idea que tengo de ti, o desde la idea de cómo tienes que ser… conmigo, no es AMOR.
Tú eres mi maestro/a y por eso te doy las GRACIAS.
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