ENTRE DOS MUNDOS... VERDAD Y RAZÓN! PRIMERA PARTE

¿Te has preguntado para qué ser consciente? ¿Qué buscamos? ¿Qué es la consciencia?
Hay quién dice que la consciencia es el propio darse cuenta. Hay quién piensa que la consciencia nos acerca a la verdad. Hay quién dice que la consciencia solo es la luz que enfoca a las partes del inconsciente, ni siquiera es darse cuenta. Hay quién dice que la consciencia te impulsa a ser mejor persona. Hay quién dice que la consciencia es la que observa. Hay quien dice que la consciencia es el foco que soporta la luz, no la propia luz. Hay quién dice que la consciencia es directamente su verdadera identidad. Hay quien dice que la consciencia es la que te advierte si algo está “bien” o “mal”. Hay quién piensa… Hay quién dice… Hay quién hace… ¿Cómo sé qué piensan otros sobre el tema x? ¿Por leer muchos libros? ¿Por hacer muchos retiros espirituales, en este ejemplo concreto? ¡No!… Simplemente, observando en mí.
Antes e incluso ahora, a veces esto me supone un “problema”. Bueno así lo juzgo, porque no sé cuál de todas las respuestas que me llegan puede ser la respuesta correcta para mí, y cuando digo para mí me refiero para mi YO animal racional. En este caso, lo de la consciencia solo ha sido un ejemplo. Pero es cierto, que en mi día a día cuando se trata de tomar una decisión me sucede que todas las respuestas que me llegan son posibles, que suelen ser muchas, y me abren un abanico tan amplio que no sé cuál tomar como válida. 
Esta es la parte que de alguna forma sé que se le ha escapado a la ciencia, por ahora. La unión de lo invisible con lo visible, este enlace. 
Solemos ser curiosos, algo nos impulsa hacia cuestiones desconocidas. Yo personalmente más que desvelar los misterios de la vida, la VERDAD, busco en mi camino algo muy claro para mí, este enlace entre lo visible y lo invisible para poder incorporar en mi vida, en mi día a día, una forma de caminar fluida. Es decir no perderme entre todas las posibilidades, poder reconocer la mía. Sin embargo parece que esto mismo es lo que me aleja precisamente de mi búsqueda.
Cuando me observo en profundidad si me cuestiono algo, por ejemplo, soy capaz de poder acoger todas las respuestas que me llegan de muchas emisoras de radio que emiten diferentes melodías. Si me abro a las posibilidades sin cuestionar ni juzgar soy capaz también de escuchar tu música, la del pájaro, la de la brisa, sin que mi propio ruido me lo impida. Pero no siempre lo he juzgado como algo bueno, ni siquiera hoy en día, puesto que me repercute directamente en la toma de decisiones. El otro día compartí un vídeo del programa “Redes” de Eduard Punset en el que los científicos habían comprobado cómo nuestro inconsciente nos ayudaba a tomar decisiones de forma racional. El programa se llama: “¿Sabemos que no sabemos lo que decidimos?”. Pero algo me dice que falta algo clave que aun no se ha desvelado.
Cuando me abro a la posibilidad de que sólo quizá, solo aunque sea una posibilidad remota, todo pueda ser diferente de cómo lo creo recibo diferentes informaciones, ideas que todas son posibles. ¿De dónde me viene está información? Puedo desgranar de lo que me doy cuenta y compartirlo también: Estas informaciones o respuestas, como ya compartí el otro día, son una confabulación entre; mi cerebro, mi cuerpo, la genética, información transpersonal y una especie de consciencia colectiva. Falta un punto más, tú, tus razones e ideas también me influyen. Y es que tus cuestiones temporales, ideas… también me llegan a través de lo invisible cuando me abro.
¡IMAGINA! El MULTIUNIVERSO: Algo escribí el otro día sobre esto, pero no completo. La vida tiene un solo pulso, un ritmo, un latido, una base musical que es atemporal. Va más allá de cualquier tiempo, no está sujeta, porque en sí solo ES. Y dentro de sí guarda muchas melodías diferentes todas temporales; la de cada planeta, cada estrella, la de cada uno de los componentes que ni siquiera imaginamos que forman este infinito puzle… Y sigue…; dentro de la de la tierra (y pongo de ejemplo la tierra por ser el planeta que habitamos) existen muchas más melodías; la tuya, la de la rana, la del árbol, la de… y así continua, hasta llegar a la más minúscula de las partículas que componen este TODO. Cuánto más nos acercamos al núcleo, de nuevo son atemporales, solo notas musicales infinitas. ¡Guau! Y todas las canciones suenan a la vez, hasta la más diminuta de las partículas canta. Las melodías temporales son diferentes, algunas se parecen, pero con alguna connotación un tanto distinta. Las atemporales sin embargo su base es la misma, todas suenan igual, todas cantan la misma canción. 
Todas estas diferentes melodías, y notas y músicas, me llegan a través de lo invisible y yo también canto mi canción para el TODO. Todo repercute en todo. Todo está bien, todo es defendible hasta la razón que pueda juzgar como más absurda, es perfectamente lícita, y de alguna forma sé que todo está conectado en lo más profundo de mí, aunque no sea capaz de verlo. Pero si me abro escucho tantas canciones, tantas… 
Posiblemente la VERDAD la atemporalidad no me ayuda en cuestión de aclarar mis ideas; esta solo acoge todas las ideas, pero no es una idea. No me ayuda en cuestiones cotidianas; sobre qué hacer en mi vida, qué camino he de tomar, o que me gusta más el blanco o el negro. Porque estas decisiones, son temporales. De ahí que haya vivido confundida mucho tiempo. Recuerdo que esto me sucede desde niña. ¿Cuál es tu color preferido? ¿A qué te quieres dedicar? ¿Qué camino escoger?
El otro día escribí: “Solo quiero que mi ruido no me impida escuchar la música de la vida, porque la música de la vida soy”. Pero aquí me falta añadir, que ni mi música o mi ruido ni la tuya ni la de otros, ni ninguna melodía musical, ninguna idea, me impidan escuchar la base atemporal que nos acoge. Y sobre todo que ninguna ni siquiera la atemporalidad me impida escuchar mis ideas.
Cuando uno llega a tal punto que es consciente de su ruido y del que escucha, se cae todo con lo que se identificaba. Y ahí me puedo “perder”. Puedo juzgarlo como que estoy abierta a todo lo temporal, o puedo pensar que estoy encerrada entre millones y millones de ideas, todas defendibles, qué camino tomar???
Todo es defendible, todo es posible, incluso lo que puedo juzgar cómo lo más absurdo, es posible cuando se trata de razón. 
(Se habla de intuición, tema sobre el que compartiré más adelante, aun no me he observado lo suficiente sobre esta cuestión en concreto. Y también quiero compartir mi observarme en relación a la coherencia). 
Al principio creía que cuánto más consciente de sí es uno, más fácil fluiría en la vida, en el día a día cotidiano, pero en mi caso no es así. Como explico anteriormente ahora cualquier respuesta temporal es factible. ¿Cuál es la idónea para mí?
Cuando uno cree que es así o asá, es decir que tiene muy claro “aunque solo sea un idea ilusoria” de lo que es, suele definirse como alguien con mucha personalidad, que no es influenciable por otras formas de pensar. Se puede juzgar como inflexible, como inamovible, pero también es una forma que puede ayudar a las personas a tomar decisiones, sean equivocadas o no, en su día a día. 
Así que ahora ya al fin, he conseguido llegar a darme cuenta que lo que me motiva y me impulsa a cuestionarme cosas sobre ese YO inventado y la VERDAD, consciencia, es mi anhelo de aclarar mis propias ideas. Puede sonar un tanto absurdo, pero no puedo olvidar que soy una persona que vive en un plano físico en el que cada día ha de tomar decisiones de todo tipo.
Los gurús o maestros espirituales cuentan y comparten esa parte esencial, lo absoluto. Y está bien, es perfecto. Por otro lado la ciencia explica de forma entendible las cuestiones sobre lo temporal, e incluso ahora también desgranan aportando un poco de luz a lo invisible, mediante la física cuántica, desvelando algo sobre lo esencial, lo absoluto. Pero falta el punto más importante, más que la verdad y más que la razón, más que el entendimiento o la comprensión y es: el punto que conecta y enlaza ambos mundos. Porque todos vivimos en ambos mundos. Todos vivimos entre lo visible y lo invisible. 
Los maestros espirituales y gurús hablan del presente, de ser conscientes del instante, pero hasta cuando te hablan de esto están proyectando hacia el futuro e incluso hacia el pasado. Es indivisible, todo es UNO. Los gurús viajan, hacen negocios, por ejemplo, se proyectan hacia el mañana. Tienen expectativas sobre cuestiones concretas, porque hasta ellos viven entre ambos mundos. 
Hasta ellos se mueven entre ideas: necesidades básicas, emociones, ilusiones, proyecciones hacia el pasado y el futuro, expectativas y cuestiones que, a veces, y aunque sea una interpretación personal, parece que en su compartir las dejan en un segundo plano... 
Puedes pensar ahora, ¿¿¡¡hombre pues claro, que se ha creído esta!!?? Y también es lícito.
Como dije antes… En otro momento compartiré otras cuestiones, puntos concretos… desde lo que observo en mí. Esta solo es la primera parte... continúo...
Así que mientras… Me sigo observando.

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