Los límites de la consciencia...

Reconociendo los límites de la consciencia...

El pasado, sin duda, marca mi presente. Pero está en mí, al menos en parte, decidir cómo me marca: si me arrastra a repetir patrones, o si me impulsa hacia donde realmente quiero ir. Aun así, que muchas decisiones las toma mi inconsciente, sin que yo lo advierta. Por eso, a veces me dejo llevar por lo que interpreto de mis experiencias, sin cuestionarlas. Otras veces, ni siquiera las tengo en cuenta. Lo importante no es el camino que escojo, sino si me escucho mientras lo recorro.

Ayer, por ejemplo, mi inconsciencia me condujo hacia un lugar incómodo. Hice cosas que me aterraban, porque no me escuché a tiempo. El miedo, viejo conocido, volvió a presentarse. Pero cuando logré atenderlo y dejarme guiar, ese mismo inconsciente que antes me asustaba fue el que me llevó de regreso a la calma.

Aceptar que no puedo ser consciente de todo, todo el tiempo, me reconcilia con mi parte más instintiva. Y en lugar de intentar controlarla, aprendo a confiar en que también ella me cuida y me guía. A eso lo llamo intuición.
Y así, agradezco a esa parte misteriosa de su inteligencia, y abrazo mi consciencia por su humildad, incluso en su inmadurez. Después de todo, todo esto no son más que ideas y etiquetas que mi mente pone sobre algo que escapa a los juicios.

Hoy quiero vivir relaciones verdaderas. Estar en mi centro. Crear vínculos donde haya espacio para todo lo que soy y también para lo que dejo de ser. Expresarme sin miedo a ser entendida o no, porque entiendo que no es mi responsabilidad cómo el otro interpreta lo que digo. Mi responsabilidad está en cuidar lo que digo, lo que hago y lo que escucho. A partir de ahí, empieza la responsabilidad del otro. Y más allá de eso… tal vez no haya ni “tú” ni “yo”.

Me niego a vivir en un mundo ordinario… como una mujer ordinaria. A establecer relaciones ordinarias. Necesito el éxtasis. Soy una neurótica, en el sentido de que vivo mi mundo. No me adaptaré al mundo… me adapto a misma.”Anaïs Nin

Y yo añado:
Adaptándome a misma, puedo compartir contigo. Adaptándome al mundo, me niego y te niego.”

Hoy quién soy, dónde empieza y termina mi espacio. Pido y doy desde la conciencia. Si nuestros caminos se separan, te digo adiós sin apegos.
Hoy marco mis límites con claridad y sin imponer.

Algunas personas me dicen que comparto cosas muy personales. Pero si sabes escuchar en silencio, tal vez descubras que no hay tanta diferencia entre y yo, ni siquiera en lo superficial.

Y por hoy, este es mi compartir.
Mientras tanto, sigo observándome.


Este texto, nacido en mi etapa como coach, sigue siendo parte de lo que me define. Hoy, como profesional en formación en comunicación digital, sigo apostando por la autenticidad, la introspección y el cuidado en lo que comparto. Porque comunicar no es solo informar: también es tocar, transformar y conectar.

No hay comentarios: