...¿Y si tan solo me separa de la iluminación lo que creo?
Si lo que creo es lo que doy por cierto y verdadero y la mente no comprende sino lo que entiende... Entonces... Entonces solo me separa de la verdad un pensamiento. Eso no es malo o bueno, correcto o incorrecto, mejor o peor, ni siquiera es real y mucho menos objetivo: La razón es subjetiva siempre...
Solo sé que más allá de lo que digo, pienso y hago, permanezco, SOY...
Ya he soltado los valores que me atan a la razón y la lucha. Ya he soltado los lastres que me atan a la subjetividad sentenciadora y dominadora... Ni siquiera soy humilde o buena o mala o sincera o mentirosa. Eso solo es una forma en la que me manifiesto en situaciones y momentos que jamás se repiten. Siempre todo es nuevo, todo es un regalo, a cada instante... Y yo más allá de eso, permanezco, SOY...
Ya no logro aferrarme a lo que creía que era, aunque a veces lo busque y anhele. Ya no logro atrapar lo que ya no es, puesto que jamás lo fue. No tengo poder para retener el espejismo que se difuminó sin esfuerzo, sin quererlo, sin deseo...
Y si lo único que me separa de lo que SOY es lo que creo que soy, eso es lo único que me separa de ti. Pero ahora sé que la verdad es que nada me puede separar de mi, de ti... eso solo es una ilusión, un espejismo...
Y ahora la necesidad también se difumina. No necesito pertenecer a un grupo. No necesito ser amada. No necesito trascender el miedo. Ya no necesito tener razón, ni banderas, ni logros, ni medallas. Ni tampoco necesito ir en contra de otros, ni de su razón, ni su bandera, ni sus luchas... Porque más allá de lo que pienso y piensas, digo, dices, hago y haces... SOY, ERES... Y SOMOS... LUZ!
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