Osho: From Unconsciousness to Consciousness, #20 -
Todo lo que digo es: observar es lo correcto, no observar es erróneo. Simplificando:
Sé un observador.
No es tu problema ― si codicia está pasando a través de ti, déjala pasar; si rabia está pasando déjala pasar. ¿Quién eres tú para interferir? ¿Por qué estás tan identificado con tu mente? ¿Por qué empiezas a pensar, "Yo soy codicioso.. Yo soy bravo..."? Es solo un pensamiento de rabia pasando. Déjalo pasar; tú sólo observa.
Hay una historia antigua... Un hombre se marchó de su cuidad. Al volver, encontró que su casa estaba en llamas, él amaba su casa. Era una de las casas más bonitas de toda la cuidad. Le habían ofrecido muchas veces comprarla por el doble de su precio, pero él rechazó todas las ofertas. Para él su casa valía mucho más. No la vendió... y ahora... se estaba quemando ante sus ojos. Acuden muchas personas para ayudar a apagar el fuego, pero nada se puede hacer.
El fuego se había expandido tanto, que era imposible apagarlo, no se podía salvar nada. El hombre estaba consternado.
Su hijo vino corriendo y le susurró en el oído…: "No te preocupes. La vendí ayer, y a muy buen precio ― ¡tres veces más de lo que vale!... La oferta era tan buena que no te podía esperar. Perdóname."
El padre le dijo; "Bueno, está bien si la has vendido por ese precio." En ese momento el padre es un observador. Sólo un momento antes, no lo era. Es la misma casa, el mismo fuego, todo es lo mismo ― pero ahora no le concierne.
Después el segundo hijo viene corriendo, y le dice al padre; "Qué estás haciendo? ¿Estás sonriendo ― y la casa en llamas?"
El padre le preguntó; " ¿No sabes que tu hermano la vendió ayer?."
A lo que el hijo responde; "Mi hermano habló de la venta con el señor interesado, pero no está cerrada, no ha pagado aun. Y ahora seguro que no la querrá.
Otra vez, todo cambió. Lágrimas que habían desaparecido, volvieron a los ojos del padre. Se borró la sonrisa de su cara. Los latidos de su corazón se aceleraron. El observador se había ido. Estaba otra vez identificado.
Después el tercer hijo vino, y dijo, "Ese hombre es un hombre de palabra. Vengo de verle. Me dijo;” no importa si la casa se ha quemado o no, es mía. Voy a pagar el precio que se había establecido. Ni ustedes sabían ni yo que la casa iba a quemarse."
Otra vez el padre se volvió el observador. Se había desidentificado de nuevo. Realmente nada había cambiado; Sólo su idea; "Yo soy el dueño, me estoy identificando de alguna manera con la casa," esa es la diferencia. En el momento siguiente siente,"Yo no estoy identificado. Alguien la ha comprado, no tengo nada que ver con ella."
Es tan simple como observar la mente, no tienes nada que ver con ella....
La mayoría de los pensamientos no son tuyos, son de tus padres, tus maestros, tus amigos, los libros, las películas, la televisión, el periódico. Sólo cuenta cuántos pensamientos son tuyos, y te sorprenderás de que ningún pensamiento es tuyo. Todos son de otras fuentes, todos son prestados ― descargados en ti por otros y tontamente tú mismo te los has adjudicado, pero no son tuyos.
La mente está allí, funcionando como un computador, literalmente es un computador biológico, si observas no te identificas con el computador. Si el computador se calienta, tú no te calientas. Si el computador se pone bravo, tú no estarás preocupado, Verás que está mal, cuando algo está mal. Pero permaneces separado.
Sólo un pequeño truco... no lo puedo llamar método, yo lo llamo truco. Sólo haciéndolo, un día repentinamente tú serás capaz de hacerlo. Muchas veces fallarás, no tienes porqué preocuparte...no es una pérdida, es natural. Pero haciéndolo, un día sucederá.
Osho aquí refleja cómo el desapego nos lleva a la desidentificación. Manteniéndonos sólo como meros observadores. ¡Una gran lección sin duda!
Voy a entrar más en profundidad en el tema de la identificación...
Hace unos días vi la película de Almodóvar “La piel que habito”. Peli que recomiendo, pero claro, no voy a hablar de ella por quién no la haya visto… A mí personalmente, me aportó comprensiones sobre la identificación...
Para mí existen tres niveles de identificación:
- Mente.
- Cuerpo.
- Pertenencias.
Los dos primeros niveles son los que tenemos más arraigados y por tanto los que son más difíciles de soltar. Ambos se retroalimentan, porque están relacionados directamente entre sí. Son niveles internos, mente y cuerpo lo que está dentro de nuestra piel. De ahí nace el YO SOY; mi cuerpo, mi sexo, lo que pienso, lo que digo, lo que hago y lo que siento.
El tercer nivel es más difícil de reconocer. Y este comprende lo que nos rodea, exterior nosotros, lo que está fuera de nuestra piel. Es más difícil de reconocer porque no decimos directamente YO SOY mi casa, o mi trabajo, o mi dinero. Sin embargo, también nos identificamos con estas cosas, como nos muestra la historia que cuenta Osho. Por eso queremos mantenerlas a toda costa y cuando las perdemos, creemos que no somos nadie sin ellas. Osho habla de cómo cuando dejamos de sentirnos "dueños" de… podemos ser observadores. Por supuesto en esta historia está claro que lo que lleva al dueño de la casa a entristecerse o no, es cómo le afecta que se queme la casa siendo suya o no. Claramente cuando asume que no es suya deja de implicarse. “Ah! cómo la casa no es mía… a mí plin. El que la haya comprado que se aguante. Me da igual si se quema".
Pero lo más importante y lo que quiero resaltar es la lección que esta historia lleva latente en un nivel más profundo que este, y es que el desapego es el truco, como apunta Osho, para ser el Observador.

Vivimos en un mundo que apoya que nos identifiquemos con todo. La publicidad por ejemplo; en la que vemos que un señor se rodea de bellas mujeres y es feliz gracias a su desodorante. O una chica que se siente en paz consigo misma por comer una marca de cereales en concreto… Parece que esto es inofensivo... No. Yo no voy a juzgarlo, solo observo el mundo que me rodea y comparto estas observaciones…
La mente que es ignorante que no inocente, cree entonces si tengo ese desodorante seré feliz, seré mejor... Parece absurdo que nos busquemos ahí fuera, pero así es...
La comparación y la competitividad promueven estas identificaciones. Tenemos que estar en el "mercado" y para hacerlo tenemos que ser los mejores, los primeros... Competimos constantemente.; “Tengo que ser el mejor”, “el más guapo”, “el más listo”, “el más rápido… Y empezamos a ponernos máscaras afirmando que eso es lo que somos. Y claro... mientras estamos en los primeros puestos de la lista, nos sentimos geniales, nos creemos maravillosos, pero… ¿Y cuándo no logramos estar entre los mejores? ¿Qué pensamos que somos? Todo esto no son más que pensamientos. La VERDAD es que no soy ni la mejor ni la peor...
Yo estoy aprendiendo a observar. No digo que sea fácil, pero sé que es tan sencillo como estar PRESENTE. Lo que sin duda, aporta luz a ese lado que se mantiene en penumbras por estar distraídos mirando ahí fuera, queriendo ver, lo que solo podemos ver mirando hacia adentro. Enfoca tu mirada en la dirección correcta y la luz se hará...
Osho dice:
"Una vez que haya sucedido, una vez que incluso por un simple momento te conviertas en observador, ya sabrás cómo convertirte en el observador.― el observador mira hacia la montaña, lejos. Su mente está allá abajo en el valle oscuro, y no tienes nada que hacer con ella. La cosa más extraña sobre la mente es, que si te conviertes en observador empezará a desaparecer. Así como la luz hace que la oscuridad desaparezca. Observar desaparece la mente, sus pensamientos y toda su parafernalia.
Así, meditación simplemente es observar, conciencia. Esto revela ― no tiene nada que ver con inventar, ella no inventa nada; simplemente descubre que hay allá".
Yo sé que el ser humano tiene la capacidad para hallar ese espacio, para solo SER… A través de la meditación como dice Osho, o cómo sea… Los caminos son muchos y ese espacio solo es uno y está en cada uno de nosotros. Yo sé que es posible que el observador aflore, porque siempre ES en mi PRESENCIA. Igual que vemos como el amanecer se abre paso en la oscuridad, con esa simpleza e inocencia, podemos brillar solo ESTANDO…Quizá al principio cueste, pero sigue observando y te darás cuenta que tus ojos estaban acostumbrados a ver en la dirección equivocada...

Cargamos con el peso de máscaras que recubren la VERDAD, que te liberes de ese peso depende de ti...